En el verano del 2013, con mi familia y amigos realizamos un viaje mágico y hermoso, nos pusimos a vender chocolates y juntamos chaucha tras chaucha para ir al Valle del Elqui.
Tuvimos mucho trabajo, el viaje fue agotador, pero llegamos allá y realmente sentimos que valió la pena y el esfuerzo.
Fuimos a un pueblito llamado Pisco Elqui, donde acampamos debajo de unos sauces al lado de un canal de aguas cristalinas hermoso!
El pueblo era sin igual, lleno de murales y de magia, envuelto en la poderosa energía Andina.
Demás está decir que volví loca del valle, pintando cactus y sauces en las murallas de mi casa, tejiendo cactus y flores para cubrir mi reloj de pared.
Pero aún sentía que no podía transmitir la paz y la belleza en su totalidad de aquel hermoso lugar.
Así que recordé lo refrescante y rico de el agua del canal y la felicidad que sentí ahí.
Así que recordé la carita de mi Sofí, y recordé esas aguas diáfanas . . .
Esta es la versión que más me gusta, vectores y pinceles con los colores que más recuerdo del Valle querido.
Y Para asegurarme de transmitir toda la belleza del Valle, cité a la Gran Poetisa nacional Gabriela Mistral, a quién pudimos entender su trabajo estando en su tierra, bajo el mismo sol, cobijándose en los mismos cerros, encandilados por las misma estrellas.
Saludos!